Los excesivos efectos especiales de color, que evocan emociones delirantes, un desarreglo de sensaciones de calor, frío, cólera, miedo, ausentes por otro lado en el cuerpo danzante, están utilizados con el propósito de desorientar al espectador y desmaterializar la acción escénica, transponiéndola en una primitiva y subconsciente llave o exorcismo de fantasías. La cámara, libre, independiente, se convierte casi en un organismo que examina el objeto natural.
2015
VIDEOART