PINTURA
UT PINTURA POESIS (HORACIO)
Si la poesía era para Simónides de Ceos la pintura, y una imagen parlante la poesía, apasionante resulta estudiar las imágenes pintadas (mudos versos) del poeta-pintor. No es raro el caso; todo conocimiento tiende por síntesis hacia su visualización, y son espléndidos los ejemplos a lo largo de la historia: Salvador Rosa, Goethe, García Lorca, William Blake, Moreno Villa…
Siendo la imagen, por definición, un conjunto de formas y figuras dotadas de unidad y significación, Pedro Gandía compone las imágenes de su abstracción armonizando formas y figuras que podrían decirse propias del color: cada color parece tener su propio cuerpo, piel y movimiento, como algo inseparable de su realidad de pigmento.
Los colores pesan, se deslizan, se abrazan o vuélvanse casi ingrávidos ondeando su perfil, como cendal, al impulso de un pigmento aún más liviano; interpretan una danza lenta, un movimiento siempre afín a lo musical que recuerda “puestas en escena” de óperas settecentistas (¿tal vez Bibiena?); estudios para una parsimoniosa y ciclópea coreografía.
Dirige aquí el poeta: la música espléndida de los versos de Pedro Gandía.
Carlos Forns Bada, Madrid, 1983
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Paisajes de vigorosa gestualidad y desnudos que evocan un romanticismo heroico forman dos series paralelas en la obra de Pedro Gandía.
Fernando Huici, EL PAIS, 6 de junio de 1986
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